viernes, 22 de octubre de 2021

Las Guerreras están entre Nosotras

         Hace unos días fue el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama. Sé que en nuestra Escuela tenemos unas cuantas Guerreras, de esas que son ejemplo para cualquiera que se quiera parar a admirar su lucha. En concreto me gustaría compartir con ustedes el relato de una de ellas, un relato que llego a mis manos hace unos años y que no publiqué, pero que siempre lo guarde en mi bolso cerquita de mi, porque me infunde fuerza y vida. Ella es una guerrera más, pero para mí es más especial que ninguna. Una a la que nunca se le borró la sonrisa, una que estuvo convencida de que iba a ganar la pelea, que no dudo en arañar y pelear para superar lo que vivió. Especial porque fue, es y será pilar en esta Escuela, porque siempre ha estado para cualquier cosa que necesitáramos, porque es risa y alegría, es ganas, es fuerza, lucha y constancia, porque se implica y porque tiene un corazón que no le cabe en ese cuerpito de ella. Así que es un honor para mí y para todas las mujeres que formamos este equipo haberla conocido y haber sido testigos de su valor. 


         El año pasado, estaba poniendo mi granito de arena para la celebración de este día. Que mejor manera de hacerlo que bailando en el Estadio con mi Escuela Keydance y por la causa.

          Justo al mes me diagnosticaron cáncer de mama. Al recibir la noticia pensé, las ganas que tengo de curarme es más fuerte que lo que quiere derrotarme, así que adelante. Comunicarlo a la familia quizás fue lo más duro, sobre todo a mi hija. Pero tenía que hacerlo, tal cual, sin quitarle letras. Les expliqué todo el proceso de tratamiento que el cirujano ya me había explicado, que no sería fácil, pero que todo lo iba a superar con su apoyo.

          Llegó la tan temido caída del cabello, las náuseas, llagas en la boca, la debilidad y las continuas visitas al hospital. Te deja en el cuerpo, en la cara y en el alma, visibles señales de su paso. En cada uno de los tratamientos me sentía que caía pero a la vez tenía fuerzas para levantarme.

          Si algo tiene esta enfermedad es que te frena de golpe la vida. Pero aún así, he sacado mi mejor sonrisa. Que todos y todas vieran que hoy era más fuerte que ayer. Mi actitud positiva siempre me ha acompañado en todo mi proceso. Estoy en la recta final y pienso, volviendo la vista atrás, no ha sido fácil, pero lo logré y grito muy alto, a las que lo vencieron, a las que seguimos luchando y a las que lucharán "SI SE PUEDE".

          Ha sido un largo año, pero aquí estoy agradeciendo tantos ojos de amor que me observan, tanta mirada de cariño, saber que están conmigo en cada momento. 

          Este año vuelvo a celebrarlo bailando; bailando de la mano de una sonrisa, abrazando la actitud, dando un giro a la enfermedad y siempre al compás de la vida. 

          Y como decía la canción que aquel día bailé: "Oye, abre tus ojos, mira hacia arriba y disfruta las cosas buenas que tiene la vida"

          Firmado: Orgullosamente una Guerrera que jamás se rindió


          Poco queda que decir después de leerla, solo dar nuestro apoyo a todas aquellas personas que sufren o han sufrido esta enfermedad. Decirles que busquen apoyo, que hay asociaciones que ayudan muchísimo, profesionales que te guían después de haberlo superado para reincorporarte a tu vida, que ayudan a tus seres queridos a llevarlo de la mejor forma posible. Que no es necesario llevarlo en silencio y que en lo que podamos ayudar aquí estaremos.

          Y a Rosi, a Nuestra Rosi... ejemplo de mujer y de ser humano. No hay palabras que describan bien lo que te quiero y lo que te admiro, ni palabras que expresen exactamente la Fé ciega que tenía en tu Victoria. Lo hermosa que lucías y luces siempre, aún cuando más dura se puso la vida tu estabas ahí, como un cascabel alegre que derrama magia y luz para todos y todas. Hoy unos cuantos años después de aquel día en el Estadio, de aquel diagnóstico y de aquellos duros momentos, me sorprendes sobre una pasarela en bikini, caminando con paso seguro y luciendo orgullosa todas las cicatrices que demuestran que la batalla, la ganaste TÚ. Y así, una vez más nos das una lección de vida y nos enseñas que de todo lo malo se puede sacar algo bueno, y que no importa lo mal que lo hayamos pasado porque siempre podemos convertir eso en una forma de ayudar al prójimo.

          Ha sido, es y será siempre un orgullo y un placer que formes parte de esta Escuela y de esta Familia. Te Queremos!!!!

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