lunes, 20 de enero de 2020

Hernández Rota

          Las Navidades se presentaron duras y Hernández para no ser menos se sumo a comer turrones almendrados y polvorones como la que más. Tras varios atracones durante días sentada en un sillón la vida le paso factura, y los turrones y los polvorones comenzaron a pesarle en la barriga... lo que derivó en una sobre carga lumbar.


          Así aparecía por recepción a quejarse, parando a la profesora de Pilates (perteneciente al Clan Marrero Medina, para saber más sobre este Clan tendrías que haber pasado años ya en esta Escuela. Sino ha sido así no pasa nada, puedes buscar en noticias antiguas o simplemente informarte en los pasillos de la Escuela). A lo que íbamos, esta vez la víctima es B. Hernández pretende una tabla de ejercicios destinada a su problema y sin pagar un duro por ella. B se pone un poco seria y le aclara que aunque amigas... ella tiene su trabajo y tiene que pagarle.


          Hernández rompe a llorar desalada, recuerda en que mes estamos y los gastos que ha tenido... que si ha pagado un turrón de almendras, unos cuantos más de pistachos, un mazapán, tres cajas de polvorones, unas cenas por aquí, unos almuerzos por allí, en fin... la famosa cuesta de Enero. Sabe que sino llora B no tendrá piedad, así que se tira al suelo y empieza a rogarle a B unos ejercicios que alivien su lumbar. 


          B lo tiene claro, sabe cuando es el problema de Hernández y comienza a consolarla. ¿Hernández cuánto has comido estas Navidades? Le pregunta con paciencia. No sabemos si Hernández es sincera en su respuesta o no porque detrás de la cámara no llega nítido el sonido y hay detalles de la conversación que perdemos. B agacha triste la cabeza y le recomienda a su jefa caminar una hora al día, mantener los turrones y polvorones que hayan sobrado en la despensa y hacer unos estiramientos lumbares para aliviar el peso que soporta esta espalda después de Navidad.

          Tras estos consejos y unos días de ejercicios sabemos de buena mano que la Señora Hernández se encuentra algo mejor. No sabemos si B le habrá cobrado finalmente por la tabla de estiramientos o no. Nos quedaremos con esta intriga, no hemos podido pegar más la oreja. Querida Hernández, te avisamos que esa cantidad de dulces navideños no era adecuada y no prestaste atención... ¿ahora cargas con las consecuencias y lloras por los pasillos? Me parece ideal, sobre todo porque así mi cámara cotilla no se pierde detalle. Saludos Post turroneros de la Bailarina Cotilla. 

          

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