Grandes y pequeños participaban juntas en las mismas clases, y aun así estas no se llenaban del todo. Cuando salían a bailar lo hacían juntas, cuando entrenaban lo hacían juntas y cuando peleaban también lo hacían juntas claro.
Ellas estaban deseando separarse por edades y por niveles, y sus deseos fueron tan grandes que empezaron a llegar otras niñas a la Escuela.
De pueblos cercanos llegaron otras bailarinas, de las lejanas ciudades se desplazaron otras cuántas bailarinas más. Y así poco a poco, fueron dejando la clase repleta.
Fue entonces cuando nació el Junior A...
(Aunque en esta foto tenemos alguna intrusa)
También así, y al mismo tiempo, nació el Junior B...
Poco tiempo después comenzaron a llegar pequeñas bailarinas con mucha gracia y arte, y entonces decidimos que no podían estar con las grandes, y así nació lo que hoy en día es el Junior D...
Para ese entonces la Escuela empezó a ser un poco más conocida, y empezaron a llegar chicas que aunque fueran grandes pues no habían bailado antes o no lo habían hecho durante el suficiente tiempo para estar en el A, o en el B, y decidimos que eran bastantes, y que se merecían una clase para ellas, para poder empezar desde el principio y aprender todo como debe de ser, y así nació el actual Junior C.
Entonces la cosa se complicó más, porque no paraban de llegar niñas y más niñas... Pero esa historia se las contaré en otro momento. Pero lo que esta claro es que si seguimos creciendo, la idea de alquilar el Tenesoya ya no es tan mala... La Bailarina Cotilla
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